En el Camaleón Azul al periodo comúnmente llamado de adaptación, le llamamos periodo de vinculación porque es el tiempo en donde las criaturas se vinculan con nosotras.
Según Eulalia Torras de Bea en su libro La mejor guardería, tu casa «lo esencial de la crianza es la disponibilidad emocional que ofrece la madre a la relación de apego que el bebé establece con ella, el diálogo y las interacciones que ella mantiene con él. De este diálogo e interacciones dependen el desarrollo del cerebro y de las funciones psíquicas del bebé».
Pero cuando no está la figura principal de referencia de la criatura, estas tienen la habilidad de vincularse con una segunda persona. Este «maternaje» , como lo llamó Laura Gutman, es lo que posibilitamos durante el período de vinculación.
Nos gustaría convertirnos en su “puerto de amarre” como dice André Stern en su libro Entusiasmo . Es el lugar donde el niño y la niña considera que está bien tal y como es, que no tiene que cambiar ni convertirse en otro ni satisfacer las expectativas de los demás, ni hacer ningún esfuerzo. Es el lugar en el que no te juzgan ni te ponen en peligro ni a prueba , es como estar en casa.
¿Cómo conseguimos todo esto? pues siendo muy flexibles y muy intuitivas en las necesidades de cada peque y de sus familias, sin prisas en el tiempo pero atentas a no dormirnos, vamos generando poco a poco esa confianza y ese amor que genera el vínculo afectivo seguro.
Tan sencillo y a la vez tan complejo, base de nuestro trabajo y garantía de peques felices, así de importante es este PERIODO DE VINCULACIÓN.
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